3 de marzo de 2022
Lo complejo de esta enfermedad crónica es que está sub diagnosticada, porque aunque hay exámenes previos y análisis de síntomas que pueden ayudar a llegar al diagnóstico de manera menos invasiva, la única forma de dar un diagnóstico certero es con una intervención quirúrgica: la laparoscopia. Hay diferentes niveles de endometriosis (va desde nivel 1 a nivel 4), las mujeres con endometriosis nivel 1 podrían no tener mayores complicaciones para embarazarse. Es por esto, que muchas veces la laparoscopía no es sugerida como primera opción de diagnóstico, ya que podría haber riesgos de dañar los ovarios o las trompas de falopio.
Antes de realizar una laparoscopía se realiza un análisis sintomático (reglas dolorosas) y un examen pélvico completo. Dado que los implantes pueden estar fuera de la cavidad pélvica o pueden no ser tan grandes como para palparlos se sugiere también hacer una ecografía para observar los órganos de la cavidad pélvica. Para ver el útero y ovarios se suele hacer una ecografía transvaginal con la que se puede detectar quistes ováricos como los endometriomas, quistes característicos de la endometriosis severa.
Es muy difícil diagnosticar con una ecografía la endometriosis, se requiere un ojo experto o un caso muy evidente. No es raro que muchas mujeres se sometan a la laparoscopía por otro diagnóstico y recién ahí se den cuenta que tienen endometriosis.
Desde Fënn recomendamos que antes de someterte a una laparoscopia analices la necesidad de preservar tu fertilidad (congelar óvulos) con un especialista en fertilidad (que no es necesariamente es quien está tratando tu endometriosis).
¿Qué es la laparoscopía?
Muchas de las operaciones hoy usan esta técnica (apendicitis, hernias etc) que se realiza con anestesia por lo que el procedimiento mismo no es doloroso. Al ser una cirugía exploratoria, puede que la operación sea muy larga porque en la “exploración” se encuentran implantes endometriales en muchas partes.
El procedimiento mismo consiste en que se infla un poco el abdomen con un gas inocuo para meter una cámara conectada a un tubo (laparoscopio) a través de una pequeña incisión, generalmente en el ombligo. Las imágenes se amplifican y se ven en una pantalla. Pueden hacer más incisiones a medida que vayan eliminando/cauterizando los tejidos endometriales. Durante el procedimiento, se pueden ver los órganos internos y las paredes de las cavidades pélvica y abdominal y también se pueden extirpar los implantes que estén accesibles, evitando realizar otra intervención más.
Durante la laparoscopia se toman muestras de tejido (biopsia) que se envían al laboratorio para analizar y confirmar si se trata de tejido endometrial.
La endometriosis es una enfermedad crónica, y muchas que la padecen deben someterse a esta intervención más de una vez en su vida. Lamentablemente, los implantes extirpados pueden volver a acumularse. Hay estudios que sugieren que el embarazo ayuda a esta condición, pero no en el 100% de los casos.