3 de marzo de 2022
Siempre tuve endometriosis pero me enteré a los 30 años. Incluso tuve una cirugía ovárica a los 18 que me dijeron que era teratoma (tumor encapsulado) pero hoy lo pongo en duda. Constantemente me hacía ecografías de control (cada 2-3 años) por mi antecedente quirúrgico y todo «estaba bien».
A los 27 dejé de tomar anticonceptivos y desde ahí empecé cada vez con más dolor menstrual e irregularidad en los ciclos. A los 30, en mi «chequeo de rutina» la ecografía mostró que tenía endometriomas ováricos bilaterales y al hacer una resonancia podía verse una endometriosis profunda (tipo IV) con otros focos en distintos lugares.
Mi doctor me recomendó que congelara óvulos antes de operarme por la endometriosis.. por si luego (y con 2 cirugías ováricas) quedaba con baja reserva ovárica. Me sacaron huevos 2 veces y fue durísimo para mi cuerpo, ya que sentía un dolor terrible durante la estimulación.
Lograron sacar 9 óvulos, que en realidad es poco, considerando que muchos se pierden en el proceso. Estaba pololeando hace 1 año, lo había conocido bailando y nos llevábamos increíble. Sabía que congelar embriones era más «estable» pero no se me había ni cruzado por la cabeza preguntarle o decirle nada. Un día, él me dijo espontáneamente: hagamos embriones porque tenemos más posibilidad de que te embaraces más adelante. Yo me quedé de piedra. Teníamos que decidirlo ya. Finalmente hicimos 4 embriones, que están congelados esperándonos.
Fue el año más complejo de mi vida porque mis síntomas no se controlaron mucho con la cirugía y tengo dolor pélvico crónico que estoy manejando con un equipo multidisciplinario.
Pero aquí estamos, aún juntos, sufriendo y disfrutando juntos y esperando que post pandemia podamos hacer una in vitro.