27 de octubre de 2023
Mi proceso de infertilidad estuvo acompañado como a la mayoría, de ansiedad, angustia y frustración.
Me sirvió vivirlo con apoyo de terapia sicológica y siquiátrica, tomé sertralina para la ansiedad.
Cuando logré el tan anhelado embarazo, a pesar de los miedos, empecé a estar más tranquila, y fui bajando la dosis de sertralina hasta eliminarla completamente.
Pero mi siquiatra me dijo que estuviera muy atenta a los síntomas post parto porque las personas con trastornos de ansiedad y que han tenido infertilidad, tienen más probabilidades de sufrir depresión post parto (porque las expectativas son muy grandes y cuando llega la guagua también tiene un lado difícil).
Cuando nació mi guagua lloraba mucho pero era un llanto de emoción, un llanto «positivo», pero después de un mes y medio ese sentimiento empezó a ser «negativo», a transformarse en angustia.
Me pasaba una mezcla de emociones: cansancio extremo, sentir que mi vida había cambiado demasiado, que no tenía tiempo para mi, sentía que mi guagua era como un trabajo, que no iba a ser capaz de hacerme cargo de una guagua, me angustiaba quedarme sola con la guagua, me sentía «presa», que toda la gente hacía su vida y yo estaba 24/7 preocupada de mi guagua.
Me sentía culpable de no poder disfrutarla, me daba rabia haber esperado tanto ese momento y estar así.
Cuando le comentaba esto a mis amigas, todas me decían que era normal, que tenía que hacer cosas de a poco para sentirme mejor, por ejemplo empezar a salir con la guagua, hacer mi vida con la guagua y poner de mi parte.
Pero por más que trataba sentía que la angustia seguía.
Tuve una consulta con mi siquiatra y me diagnosticó una depresión post parto leve y me explicó que lo importante es la intensidad de los síntomas. Si bien todo lo que sentía era normal de cualquier mamá con una guagua recién nacida, la intensidad de lo que me pasaba no era normal, y eso solo lo puede detectar un especialista.
Lo mejor fue haber consultado a tiempo!
Volví a tomar sertralina y después de una o dos semanas, que es lo que se demora en hacer efecto el remedio, volví a ser la misma de antes y a pesar de seguir cansada y muchas veces angustiada, el nivel era mucho menor y llevadero.
Muchas mujeres se quedan en que todo lo que sienten es normal y al no consultar a un especialista o hacerlo demasiado tarde, hacen que los síntomas sean mucho mayores.